Ayrton Senna, posiblemente uno de esos personajes que han trascendido más allá de su ámbito o especialidad hasta extenderse a un conocimiento general, más o menos profundo de nuestro tiempo. El desafortunado motivo por el que es tan conocido no es otro que su trágica muerte el 1 de Mayo de 1994 durante la disputa del GP de Fórmula 1 de Imola .
Pues bien, no es intención de esta serie de artículos hablar de la figura en sí, sino de todo lo que rodeo su muerte; las horas previas, el accidente, la posterior investigación y el juicio ulterior, puesto que pienso que es una pequeña parte de nuestra historia reciente y que es interesante que se sepan ciertos puntos que parecen sumidos en el limbo de la incerteza.
No obstante, para aquellos que no lo conozcáis permítaseme recomendar la película que lleva por título Senna, que hace un par de años vio la luz y que ya se sea aficionado o no al mundo del motor, explica en cierta forma aspectos de este mundo de una manera, digamos entretenida, si bien, un tanto tendenciosa, pues no se olvide, que al fin y a la postre es una película que trata sobre un piloto y se han de crear ese halo de misticismo que la haga digna de Hollywood.
Pese a lo anterior, sí me gustaría, pues pienso que es necesario, comentar ciertos aspectos del magnífico piloto brasileño, indispensables para dar sentido a lo ocurrido las horas previas al accidente.
Si algo tenía Senna es que no dejaba indiferente a nadie, pues más allá de su indiscutible talento como piloto, de hecho, para muchos aficionados y expertos, el mejor de todos los tiempos, su carácter y manera de ser fuera de la pista lo hacía merecedor de ser una de esas personas que dejan "huella", a la que odias o admiras.
Ayrton provenía de la localidad brasileña de Sao Paulo, donde era considerado poco menos que un Dios, sentimientos que se extendía a todo el país, criado en una familia aposentada económimente era un profundo creyente y siempre anduvo acompañado de sus sentimientos religiosos y de su devoción por Dios. No hay más que comprobar sus declaraciones antes de participar en el año 1984 a los mandos de un Toleman, un coche modesto : "Creo que Dios me ha dado esa oportunidad. Y ahora me mantiene tranquilo y preparado". De hecho su principal crítica en el circo de la F1 tenía relación con esto, y tal como manifestó Prost se decía que era un piloto que creía que todo era posible, no valoraba el riesgo que se asumía y que estaba protegido por una especia de estela divina, textualmente, el piloto francés : "Su problema es que se siente protegido por una estela divina y que lo ve todo posible".
Fue capaz de llevas coches modestos a las primeras posiciones de grandes precios y protagonizar algunas de las luchas y momentos más recordados en la historia del deporte del motor.
Así pues, Ayrton Senna, tricampeón del mundo, en los años 1988, 1990 y 1991, que nos dejó a la temprana edad de 34 años, un recuerdo que para siempre perdurará y que mantuvo a un país entero entre lágrimas y a un mundo de ricos y poderosos conmocionado.
Sergio.
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