Si no recuerdo mal ya he dicho en
varias ocasiones, y los que me conocen bien desde luego lo saben, que vengo
siguiendo este magnífico deporte de la Fórmula 1 mucho antes de que se
produjera el
“boom” del mismo con la era
Alonso.
Pude ver algunas retransmisiones
en Telecinco a mediados de los 90, y muchas carreras en TVE y TV3; viendo en el año 1999 los debuts de Pedro
Martínez De La Rosa y Marc Gene en aquella madrugada del mes de Marzo.
Era unos años en que la incertidumbre
por saber si podría disfrutar por televisión de mi deporte favorito se cernía
cada fin de semana de carreras, pues ante las audiencias que tenían las
retransmisiones no era raro que empezaran a dar las carreras cuando ya se
llevaban un par de pruebas disputabas. Afortunadamente, TV3 casi siempre estaba
ahí y seguían este deporte con cierta regularidad.
Y es que, los que venimos de
antes de los mundiales de Alonso sabemos que tenemos mucho que agradecer al
bicampeón español, pues a día de hoy podemos disfrutar de hasta los
entrenamientos libres de los viernes, algo totalmente impensable hace 10-12
años, creo que ni nos atrevíamos a soñar con ello, más allá de momentos de
éxtasis utópicos.
Con la llegada de Alonso está
claro que este deporte ha consolidado, o cuanto menos, ha pasado de ser un
deporte seguido por cuatro locos que se emboban los domingos viendo cochecitos
por la tele a las dos de la tarde, y ahora se ha creado una buena masa de
seguidores que en mayor o menor medida empiezan a comprender este deporte.
Junto con estos seguidores auténticos,
también se han creado otros, los más numeroso a buen seguro, que podríamos denominar
como el típico seguidor español que va hacia donde lo lleva la corriente.
Y es que en este país tenemos la
costumbre que cuando un compatriota nuestro se convierte en campeón, lo seguimos como si nuestra vida pendiera de
su voluntad, indiferentemente de que juegue al fútbol, al baloncesto, se monte
un coche o sea campeón de lanzar mocos a una pared. Un aficionado totalmente
cegado por un personaje, que no se preocupa en involucrarse o entender este
complejo deporte, lo cual es totalmente lícito y respetable, acostumbrado a
deportes simples como el fútbol, tenis o baloncesto, en cuanto a su reglamento
y entendimiento, que no en cuanto a su práctica. Imaginan que la Fórmula 1 es
algo similar y si nuestro piloto no gana, pues a insultar a los rivales e
inventarse paranoias sobre ellos, ya sean Alemanes, Ingleses o Uzbekos, es
indiferente.
Porque, es entendible, que por el
hecho de ser español la gente se identifique con él, y quiera que gane a toda
costa, al fin y al cabo todos este verano hemos sido expertos en Hockey,
Waterpolo o lo que fuera que hiciesen por la televisión en las Olimpiadas.
Imagino que si alguien está leyendo y me
conoce estará extrañado con mi reflexión, pero no, no me he vuelto loco, ahora
os explicaré el por qué.
Todo lo anterior, sin lugar a
dudas, ha sido creado y dirigido por la prensa generalista de este país, que
dado que , salvo en contadas excepciones de algunos periodistas, saben bastante
poco de este deporte, toman la vía fácil, que es exacerbar esa patriotismo
hacia nuestro piloto, convertir a la gente en fanática de un personaje, en un increíble
guerrero de épicas gestas que lucha contra todo y contra todos, aunque no sea
cierto, en inventarse, despotricar y descalificar al que no piensa igual, al
que no sigue a nuestro piloto y al que , en definitiva, no comulga con el
rebaño. Es mucho más fácil sin duda que
involucrarse de verdad en este deporte e intentar explicar a la gente en qué
consiste este circo, porque señores, es más fácil adoctrinar que enseñar a pensar.
Y sinceramente, poco me
importaría lo anterior, porque cada cual es libre de seguir y opinar lo que
guste, y sin ánimo de parecer prepotente, al fin y al cabo es fácil desmontar teorías
cuando el que las expone ni las entiende, pero el problema de todo esto es que
desde este país se está dejando pasar una maravillosa oportunidad de consolidar
un bellísimo deporte.
Tenemos a unos de los mejores
pilotos de la historia, que ha sido capaz de enganchar a millones de
aficionados, y en lugar de gestionarlo de forma y manera que la
gente siga este deporte, lo hemos gestionado de tal forma que la gente siga al
personaje. Un personaje, que como todos perecerá, se retirará de este mundo de
la competición, ¿ y entonces qué?, ¿ de qué habrá valido? Quizá si tenemos
suerte y alguno de los jóvenes talentos que vienen por detrás lo suple no se
notará mucho su falta, pero y si esto, lo más probable al fin y al cabo, ¿ no
llega a ocurrir? Este deporte volverá a ser un reducto de cuatro locos que
disfrutan con el olor de la gasolina y que tendrán que hacer maravillas para
poder ver su deporte favorito.
Y lo hemos podido ver con la
reciente caso de HRT. Hemos dejado perder a una escudería de Fórmula 1 porque
no ha encontrado patrocinadores, y es cierto que la época no es la mejor, pero
no es más cierto que las grandes empresas no habrán pensado que poner dinero en
un equipo distinto del de Alonso / Santander se vería como una muestra de enfrentamiento
hacía este? Solo hemos de ver los previos de Antena 3, dedicándole horas a HRT;
no es suficiente publicidad para las empresas españolas ocupar todos esos
minutos de televisión?
En fin, todo lo anterior es mi
humilde opinión, y quizá no sea compartida, y espero entiéndaseme bien, la
crítica no es tanto para el aficionado de a pie, como para los medios de “descomunicación”,
que si no son capaces de trasladar a la gente que en la Fórmula 1 corren veintitantos
pilotos y no solo uno acabarán por hacer desaparecer este deporte en nuestro
país.
Y es que no olvidemos una cosa,
en esta época, lo complejo asusta, y que nos simplifiquen las cosas nos ayuda a
tomar algo, aunque ni lo entendamos, ni posiblemente nos guste, y es que, a
veces, es difícil dejar el rebaño para andar el camino solo.
Sergio.