domingo, 23 de diciembre de 2012

2.- ¿ Jugando al escondite ?


Corría el año 2005 y el gran circo marchaba a Estados Unidos para disputar la correspondiente prueba en el circuito de Indianápolis. Un trazado conocido mundialmente por su óvalo y en el que la Fórmula 1 únicamente usaba del mismo, parte de una de las curvas peraltadas del trazado usado en las competiciones norteamericanas.





Los entrenamientos libres del Viernes estaban discurriendo con total normalidad hasta que en esa última curva peraltada,  el Toyota del Alemán Ralf Schumacher reventaba en plena curva su neumático trasero izquierdo y golpeaba violentamente el muro exterior. El accidénte no tuvo consecuencias para la integridad del piloto alemán , pero hizo saltar las alarmas dentro del seno del fabricante francés de neumáticos Michelin, que en aquella temporada equipaba a siete de los diez equipos participantes en la temporada.



Tras un análisis de lo ocurrido el proveedor francés de neumáticos dijo que el accidente se debía a un fallo en los neumáticos y que no podía garantizar el rendimiento de los mismos, en concreto, dijeron que los neumáticos que trajeron para el Gran Premio no aguantarían más de diez vueltas pasando a esa velocidad por dicho punto, extremo en el cual hemos de recordar que en aquella temporada,  durante la carrera no se podía efectuar cambio de neumáticos, salvo riesgo evidente para el vehículo por el mal estado de los mismos.

Las reuniones entre la FIA, Michelin, los equipos que  montaban neumáticos de la marca gala y las tres escuderías que se equipaban con neumáticos Bridgestone se sucedieron durante ese mismo viernes y sábado. La parte afectada presentó numerosas propuestas, como llegar a un acuerdo para reducir la velocidad en dicho punto, que se permitiera el cambio de neumáticos durante el GP y la que más fuerza tuvo, instalar en la curva una chicane. Tanto la FIA como los equipos provistos de neumáticos Bridgestone rechazaron las propuestas, por lo que los responsables de Michelin recomendaron a sus equipos que no tomaran parte de la carrera pues podrían verse envueltos en accidentes serios.

El Domingo la parrilla se formó con total normalidad, y a las dos de la tarde se dio inicio a la vuelta de formación, pero para sorpresa y enfado del público que llenaba las gradas del circuito norteamericano, catorce coches, todos los Michelin, al acabar la vuelta de formación tomaron la línea de boxes y abandonaron la carrera, haciendo que los participantes de la misma quedaran reducidos al esperpéntico número de seis, ante los abucheos , gritos, y lanzamiento de objetos a la pista del público asistente.



La parodia de carrera dio lugar a un cómodo doblete de Ferrari y a un tercer lugar para Tiago Monterio a los mandos de su Jordan.



Por último decir que Michelin abonó a todos los aficionados cheques por el valor de las entradas como compensación.

Sin duda, una de las carreras más polémicas y estrambóticas de la Fórmula 1.

Sergio.

lunes, 10 de diciembre de 2012

1.- El Mercedes Volador. ¿De rápido? No, no, que vuela que vuela.

Dado que ahora no hay mucho movimiento en el mundo de las cuatro ruedas, de vez en cuando intentaremos animar la espera con alguna que otra historia acaecida en el mundo de la competición, y para ello empezamos con una curiosa historia, que podríamos llamar como,  “El Mercedes Volador”.


Corrían los años finales de la década de los noventa y Mercedes tenía en su cabeza convertir una de sus criaturas en ganadora de las 24 horas de Le Mans, para lo cual decidió delegar la creación de la misma en AMG, con la idea inicial de crear un vehículo para competir en el campeonato FIA GT, y una vez lograda la base , dar el salto a la categoría reina en la prueba de resistencia más famosa del mundo.

El modelo del que partiría el desarrollo sería el Mercedes CLK, que fue adaptado para competir con la denominación GTR con la cual se alzaron con varias victorias en el año 1997, logrando incluso con el título de constructores en ese, su primer año.

Pero al año siguiente empezaron a centrarse en su verdadero objetivo, y para el mismo dieron forma a la evolución del GTR, pasando a crear el Mercedes CLK LM, apodado, para su pesar, como el Mercedes Volador.

Mercedes desembarcaba en aquel junio de 99 en Le Mans, en el circuito de La Sarthe, con tres bólidos y una única idea en mente, lograr el triunfo, pero nada más dejos de la realidad, aquello a punto estuvo de acabar en tragedia.

En la sesión nocturna de clasificación del jueves, el Mercedes número 4, pilotado por el australiano, Mark Webber, sí, el de las bebidas energéticas, despegó a modo de cohete espacial y salió volando, literalmente, en plena recta a más de 300 km/h. Afortunadamente, todo quedó en un susto, pero las alarmas saltaron en la marca de la estrella.


El coche fue reparado, pero mejor hubiese sido que no, pues en el Warm up, de nuevo el coche del piloto australiano despegó de la pista y se empecinó en buscar la vía láctea. Esta vez sí, si bien el piloto salió ileso no se pudo reparar el coche a tiempo.



Norbert Haug, máximo responsable de la escudería mando cambiar las configuraciones de los otros dos coches añadiendo la máxima carga aerodinámica posible en la parte delantera del vehículo, para intentar que estos no despegaran, así como ordenó a sus pilotos no rodar a poca distancia de otro coche en las largas rectas del circuito francés.

Aquello fue inútil, en la cuarta hora de carrera, el coche pilotado por Peter Dumbreck volvió a intentar abrazar el cielo. Fin de la carrera para él, y para el otro Mercedes,  que fue inmediatamente llamado a boxes para poner fin a aquella locura.



Evidentemente esto no se debió a errores en la configuración del coche, sino a un gravísimo fallo de diseño del Mercedes CLK LM, que al colocarse tras otro coche y sufrir turbulencias alzaba el morro del vehículo y daba al traste con el efecto suelo.

Esa carrera fue la última para el bólido de la estrella, pues aquella hecatombe puso fin al programa deportivo de Mercedes en la categoría.

Sergio.

domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Y cuando Alonso no esté, de qué comerá su amigo el periodista?

Si no recuerdo mal ya he dicho en varias ocasiones, y los que me conocen bien desde luego lo saben, que vengo siguiendo este magnífico deporte de la Fórmula 1 mucho antes de que se produjera el  “boom” del mismo con la era Alonso.




Pude ver algunas retransmisiones en Telecinco a mediados de los 90, y muchas carreras en TVE y TV3;  viendo en el año 1999 los debuts de Pedro Martínez De La Rosa y Marc Gene en aquella madrugada del mes de Marzo. 

Era unos años en que la incertidumbre por saber si podría disfrutar por televisión de mi deporte favorito se cernía cada fin de semana de carreras, pues ante las audiencias que tenían las retransmisiones no era raro que empezaran a dar las carreras cuando ya se llevaban un par de pruebas disputabas. Afortunadamente, TV3 casi siempre estaba ahí y seguían este deporte con cierta regularidad.

Y es que, los que venimos de antes de los mundiales de Alonso sabemos que tenemos mucho que agradecer al bicampeón español, pues a día de hoy podemos disfrutar de hasta los entrenamientos libres de los viernes, algo totalmente impensable hace 10-12 años, creo que ni nos atrevíamos a soñar con ello, más allá de momentos de éxtasis utópicos.

Con la llegada de Alonso está claro que este deporte ha consolidado, o cuanto menos, ha pasado de ser un deporte seguido por cuatro locos que se emboban los domingos viendo cochecitos por la tele a las dos de la tarde, y ahora se ha creado una buena masa de seguidores que en mayor o menor medida empiezan a comprender este deporte.

Junto con estos seguidores auténticos, también se han creado otros, los más numeroso a buen seguro, que podríamos denominar como el típico seguidor español que va hacia donde lo lleva la corriente.  

Y es que en este país tenemos la costumbre que cuando un compatriota nuestro se convierte en campeón,  lo seguimos como si nuestra vida pendiera de su voluntad, indiferentemente de que juegue al fútbol, al baloncesto, se monte un coche o sea campeón de lanzar mocos a una pared. Un aficionado totalmente cegado por un personaje, que no se preocupa en involucrarse o entender este complejo deporte, lo cual es totalmente lícito y respetable, acostumbrado a deportes simples como el fútbol, tenis o baloncesto, en cuanto a su reglamento y entendimiento, que no en cuanto a su práctica. Imaginan que la Fórmula 1 es algo similar y si nuestro piloto no gana, pues a insultar a los rivales e inventarse paranoias sobre ellos, ya sean Alemanes, Ingleses o Uzbekos, es indiferente.

Porque, es entendible, que por el hecho de ser español la gente se identifique con él, y quiera que gane a toda costa, al fin y al cabo todos este verano hemos sido expertos en Hockey, Waterpolo o lo que fuera que hiciesen por la televisión en las Olimpiadas.

 Imagino que si alguien está leyendo y me conoce estará extrañado con mi reflexión, pero no, no me he vuelto loco, ahora os explicaré el por qué.

Todo lo anterior, sin lugar a dudas, ha sido creado y dirigido por la prensa generalista de este país, que dado que , salvo en contadas excepciones de algunos periodistas, saben bastante poco de este deporte, toman la vía fácil, que es exacerbar esa patriotismo hacia nuestro piloto, convertir a la gente en fanática de un personaje, en un increíble guerrero de épicas gestas que lucha contra todo y contra todos, aunque no sea cierto, en inventarse, despotricar y descalificar al que no piensa igual, al que no sigue a nuestro piloto y al que , en definitiva, no comulga con el rebaño.  Es mucho más fácil sin duda que involucrarse de verdad en este deporte e intentar explicar a la gente en qué consiste este circo, porque señores, es más fácil adoctrinar que  enseñar a pensar.

Y sinceramente, poco me importaría lo anterior, porque cada cual es libre de seguir y opinar lo que guste, y sin ánimo de parecer prepotente, al fin y al cabo es fácil desmontar teorías cuando el que las expone ni las entiende, pero el problema de todo esto es que desde este país se está dejando pasar una maravillosa oportunidad de consolidar un bellísimo deporte.

Tenemos a unos de los mejores pilotos de la historia, que ha sido capaz de enganchar a millones de aficionados, y en lugar de gestionarlo de forma y manera  que  la gente siga este deporte, lo hemos gestionado de tal forma que la gente siga al personaje. Un personaje, que como todos perecerá, se retirará de este mundo de la competición, ¿ y entonces qué?, ¿ de qué habrá valido? Quizá si tenemos suerte y alguno de los jóvenes talentos que vienen por detrás lo suple no se notará mucho su falta, pero y si esto, lo más probable al fin y al cabo, ¿ no llega a ocurrir? Este deporte volverá a ser un reducto de cuatro locos que disfrutan con el olor de la gasolina y que tendrán que hacer maravillas para poder ver su deporte favorito.

Y lo hemos podido ver con la reciente caso de HRT. Hemos dejado perder a una escudería de Fórmula 1 porque no ha encontrado patrocinadores, y es cierto que la época no es la mejor, pero no es más cierto que las grandes empresas no habrán pensado que poner dinero en un equipo distinto del de Alonso / Santander se vería como una muestra de enfrentamiento hacía este? Solo hemos de ver los previos de Antena 3, dedicándole horas a HRT; no es suficiente publicidad para las empresas españolas ocupar todos esos minutos de televisión?

En fin, todo lo anterior es mi humilde opinión, y quizá no sea compartida, y espero entiéndaseme bien, la crítica no es tanto para el aficionado de a pie, como para los medios de “descomunicación”, que si no son capaces de trasladar a la gente que en la Fórmula 1 corren veintitantos pilotos y no solo uno acabarán por hacer desaparecer este deporte en nuestro país. 

Y es que no olvidemos una cosa, en esta época, lo complejo asusta, y que nos simplifiquen las cosas nos ayuda a tomar algo, aunque ni lo entendamos, ni posiblemente nos guste, y es que, a veces, es difícil dejar el rebaño para andar el camino solo.
Sergio.