domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Y cuando Alonso no esté, de qué comerá su amigo el periodista?

Si no recuerdo mal ya he dicho en varias ocasiones, y los que me conocen bien desde luego lo saben, que vengo siguiendo este magnífico deporte de la Fórmula 1 mucho antes de que se produjera el  “boom” del mismo con la era Alonso.




Pude ver algunas retransmisiones en Telecinco a mediados de los 90, y muchas carreras en TVE y TV3;  viendo en el año 1999 los debuts de Pedro Martínez De La Rosa y Marc Gene en aquella madrugada del mes de Marzo. 

Era unos años en que la incertidumbre por saber si podría disfrutar por televisión de mi deporte favorito se cernía cada fin de semana de carreras, pues ante las audiencias que tenían las retransmisiones no era raro que empezaran a dar las carreras cuando ya se llevaban un par de pruebas disputabas. Afortunadamente, TV3 casi siempre estaba ahí y seguían este deporte con cierta regularidad.

Y es que, los que venimos de antes de los mundiales de Alonso sabemos que tenemos mucho que agradecer al bicampeón español, pues a día de hoy podemos disfrutar de hasta los entrenamientos libres de los viernes, algo totalmente impensable hace 10-12 años, creo que ni nos atrevíamos a soñar con ello, más allá de momentos de éxtasis utópicos.

Con la llegada de Alonso está claro que este deporte ha consolidado, o cuanto menos, ha pasado de ser un deporte seguido por cuatro locos que se emboban los domingos viendo cochecitos por la tele a las dos de la tarde, y ahora se ha creado una buena masa de seguidores que en mayor o menor medida empiezan a comprender este deporte.

Junto con estos seguidores auténticos, también se han creado otros, los más numeroso a buen seguro, que podríamos denominar como el típico seguidor español que va hacia donde lo lleva la corriente.  

Y es que en este país tenemos la costumbre que cuando un compatriota nuestro se convierte en campeón,  lo seguimos como si nuestra vida pendiera de su voluntad, indiferentemente de que juegue al fútbol, al baloncesto, se monte un coche o sea campeón de lanzar mocos a una pared. Un aficionado totalmente cegado por un personaje, que no se preocupa en involucrarse o entender este complejo deporte, lo cual es totalmente lícito y respetable, acostumbrado a deportes simples como el fútbol, tenis o baloncesto, en cuanto a su reglamento y entendimiento, que no en cuanto a su práctica. Imaginan que la Fórmula 1 es algo similar y si nuestro piloto no gana, pues a insultar a los rivales e inventarse paranoias sobre ellos, ya sean Alemanes, Ingleses o Uzbekos, es indiferente.

Porque, es entendible, que por el hecho de ser español la gente se identifique con él, y quiera que gane a toda costa, al fin y al cabo todos este verano hemos sido expertos en Hockey, Waterpolo o lo que fuera que hiciesen por la televisión en las Olimpiadas.

 Imagino que si alguien está leyendo y me conoce estará extrañado con mi reflexión, pero no, no me he vuelto loco, ahora os explicaré el por qué.

Todo lo anterior, sin lugar a dudas, ha sido creado y dirigido por la prensa generalista de este país, que dado que , salvo en contadas excepciones de algunos periodistas, saben bastante poco de este deporte, toman la vía fácil, que es exacerbar esa patriotismo hacia nuestro piloto, convertir a la gente en fanática de un personaje, en un increíble guerrero de épicas gestas que lucha contra todo y contra todos, aunque no sea cierto, en inventarse, despotricar y descalificar al que no piensa igual, al que no sigue a nuestro piloto y al que , en definitiva, no comulga con el rebaño.  Es mucho más fácil sin duda que involucrarse de verdad en este deporte e intentar explicar a la gente en qué consiste este circo, porque señores, es más fácil adoctrinar que  enseñar a pensar.

Y sinceramente, poco me importaría lo anterior, porque cada cual es libre de seguir y opinar lo que guste, y sin ánimo de parecer prepotente, al fin y al cabo es fácil desmontar teorías cuando el que las expone ni las entiende, pero el problema de todo esto es que desde este país se está dejando pasar una maravillosa oportunidad de consolidar un bellísimo deporte.

Tenemos a unos de los mejores pilotos de la historia, que ha sido capaz de enganchar a millones de aficionados, y en lugar de gestionarlo de forma y manera  que  la gente siga este deporte, lo hemos gestionado de tal forma que la gente siga al personaje. Un personaje, que como todos perecerá, se retirará de este mundo de la competición, ¿ y entonces qué?, ¿ de qué habrá valido? Quizá si tenemos suerte y alguno de los jóvenes talentos que vienen por detrás lo suple no se notará mucho su falta, pero y si esto, lo más probable al fin y al cabo, ¿ no llega a ocurrir? Este deporte volverá a ser un reducto de cuatro locos que disfrutan con el olor de la gasolina y que tendrán que hacer maravillas para poder ver su deporte favorito.

Y lo hemos podido ver con la reciente caso de HRT. Hemos dejado perder a una escudería de Fórmula 1 porque no ha encontrado patrocinadores, y es cierto que la época no es la mejor, pero no es más cierto que las grandes empresas no habrán pensado que poner dinero en un equipo distinto del de Alonso / Santander se vería como una muestra de enfrentamiento hacía este? Solo hemos de ver los previos de Antena 3, dedicándole horas a HRT; no es suficiente publicidad para las empresas españolas ocupar todos esos minutos de televisión?

En fin, todo lo anterior es mi humilde opinión, y quizá no sea compartida, y espero entiéndaseme bien, la crítica no es tanto para el aficionado de a pie, como para los medios de “descomunicación”, que si no son capaces de trasladar a la gente que en la Fórmula 1 corren veintitantos pilotos y no solo uno acabarán por hacer desaparecer este deporte en nuestro país. 

Y es que no olvidemos una cosa, en esta época, lo complejo asusta, y que nos simplifiquen las cosas nos ayuda a tomar algo, aunque ni lo entendamos, ni posiblemente nos guste, y es que, a veces, es difícil dejar el rebaño para andar el camino solo.
Sergio.

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