domingo, 29 de abril de 2012

Oye, ¿ Por qué el rojo no corre ?


Nada en la Fórmula 1 es por casualidad, nada ocurre porque sí y sin explicación aparente, pero, intuyo que  la decadencia en prestaciones de Ferrari es más sencilla de lo que muchos medios se empeñan en trasladar a la opinión pública.

Corría el año 1996 y Michael Schumacher fichaba por la escuadra del cavallino, pero no venía solo, sino que se traía consigo a dos de los ingenieros más preciados del momento y a la postre, de los últimos 20 años de la Fórmula 1, el sudafricano Rory Byrne y el archiconocido, hoy en Mercedes, Ross Brawn. El trío, estaba completado por Jean Todt, y se iban a encargar de llevar a cabo una de las tiranías más laureadas de la historia de la Fórmula 1. 


Seis títulos mundiales de constructores consecutivos y cinco de pilotos.


El paso de los años se hizo latente y el relevo llegaba. Uno a uno fueron dejando la Scuderia. Los primeros años de transición parecían presagiar que el equipo seguiría en la pomada, hasta tal punto que el año siguiente a la retirada del Kaise,r fueron campeones con el finlandés Raikkonen, y al año siguiente con Felipe Massa, perdieron el título en la última curva. Posiblemente no tuvieron el mejor coche en aquellos 2007 y 2008, pero eran competitivos y peleaban por el mundial. Todo espejismo, pues aquellos coches no eran más que evoluciones del trabajo realizado por el cuarteto de genios de años atrás.




Pero el cambio llegó, y en 2009 el reglamento técnico fuere rescrito de nuevo, encontrándose los equipos ante la tesitura de tener que partir de cero. Pues bien, de sobra es conocido el nefasto vehículo que la marca de Maranello creó aquel año, optando a ocupar las posiciones intermedias del pelotón.


En 2010, con la llegada de Fernando Alonso y nuevas ilusiones, los resultados fueron mejores, pero nos encontramos de nuevo ante un coche mediocre, el tercero de la parrilla, que si bien estuvo luchando por el título hasta el último suspiro del mismo, esto no se debe más que a la magia del piloto asturiano, y porque no decirlo, a la pésima gestión del mundial llevaba a cabo por el equipo Red Bull.


El año pasado el domino de los coches de la marca austriaca y su difusor soplado, quedará plasmado para los anales de la historia y la mediocre actuación del equipo italiano durante todo el año es digna de no recordar.


Pues bien, parece que este año el equipo sigue sin encontrar el rumbo, lo cual nos lleva a la reflexión que a continuación deviene.

Ferrari ha dado vueltas y vueltas a su plantilla de ingenieros estos dos últimos años, pero parece, que a la mayor parte de la gente se les pasa por alto un dato que a mi juicio es clave.

El circuito de Fiorano, pista privada del equipo y lugar donde las criaturas rojas rodaban hasta la extenuación. Como sabréis en 2009 se prohibieron los test privados para los equipos de Fórmula 1, y la marca del Cavallino se encontró con que a partir de ah,í todo se debería de basar en el CFD y en su túnel del viento, algo a lo que desde luego no estaban acostumbrados tal y como se ha demostrado.

El año pasado ya se encargó de manifestar su máximo responsable por aquel entonces en el área aerodinámica, Aldo Costa, que el escaso rendimiento del F150 se debió a una mala comprensión de los datos del túnel del viento, o si se prefiere, a una mala calibración del mismo.


Ferrari conocía de lo vetusto y limitado de su túnel de viento, por lo que eran conscientes de la necesidad de ponerse a trabajar en el mismo, pero durante ese periodo debían de buscar alguna solución, para lo cual, aprovecharon que la marca nipona, Toyota dejó la Fórmula, para en 2010 usar sus túneles del viento, para además así, poder comprobar los datos con el que el equipo tiene en propiedad y calibrarlo de forma correcta.
De hecho, el año pasado, allá por el mes de abril, nos encontrábamos por los medios con noticias como estas:

Tras analizar los datos recogidos durante estos grandes premios, en Ferrari han llegado a la conclusión de que el punto débil del actual monoplaza se encuentra en su aerodinámica. Pero más allá de una incorrecta línea de trabajo por parte de los diseñadores, desde Ferrari (el propio Stefano Domenicali) han informado que su túnel de viento tiene problemas estructurales.
Traducido al aficionado de a pie significa que los datos que arroja el túnel de viento no se corresponden con la realidad. En un símil sencillo, cómo si una calculadora nos responde que 2×2 son 6. A la hora de aplicarlo a la vida real estaríamos totalmente equivocados.
Más allá del recalibrado o la utilización de instalaciones externas, en Ferrari deberían ser conscientes de que para luchar contra los McLaren y los Red Bull necesitan unas instalaciones a la altura de la misión. En Woking y Milton Keynes cuentan con túneles de viento de última generación. Que Ferrari esté por detrás en esto hace pensar que en Maranello tienen que despertar.



Como hemos dicho, Ferrari se puso a trabajar en ello, y durante el año se nos dijo:
"Hemos investigado en el túnel de viento de Toyota, así que tuvimos la oportunidad de comparar los tres escenarios diferentes (los dos túneles, además de la pista), y también un cuarto porque está el CFD. Creo que hemos hecho muy buenos progresos en ese entendimiento, y espero que en septiembre u octubre logremos un muy, muy buen punto en términos de correlación entre el túnel y la pista".

Costa no cree que lleguen demasiado tarde con esta actualización: "Ya hemos arreglado y entendido muchos de los problemas, por lo que (el túnel) está funcionando en este momento. Estamos mejorando continuamente el túnel de viento y cosas por venir en los próximos meses. Las últimas acciones serán para acabar definitivamente con este problema, y serán llevadas a cabo en septiembre u octubre"

Para finalmente, llegar a final de temporada y:

Hay varias, muchas y muy diferentes causas por las que Ferrari ha estado, un año más, por detrás de Red Bull y McLaren, pero en el top de la lista aparece el túnel del viento de Maranello. En la escudería se dieron cuenta cuando ya se habían disputado varias carreras de que los datos obtenidos en esa instalación de la fábrica, vital en la F-1 actual dominada por la aerodinámica, no coincidían con los que se registraban en la pista, menos aún en las carreras.

La proporción del coche no era la correcta y eso ha lastrado toda la temporada del equipo rojo. Para solucionarlo, se echó mano del túnel del antiguo equipo Toyota en Colonia, pero el daño ya estaba hecho, había que cambiar el coche entero, hacer uno nuevo para que todo fuera bien. Bajo esa premisa, demasiado bueno ha salido el 150º Italia.

Pero, al fin, cuando sólo quedan tres carreras para terminar este campeonato, Ferrari ha arreglado el túnel del viento. Stefano Domenicali señaló: "Los datos obtenidos por la escudería en la galería del viento de Maranello coinciden con los que hemos visto en la carrera y en todo el GP de Corea respecto al nuevo alerón delantero, así que es una buena señal. Sin ninguna duda".

Ahora sólo falta que el equipo que capitanea Pat Fry, con Rory Byrne como asesor y Nicolas Tombazis como diseñador, haga un coche campeón o al menos un monoplaza rápido. "No necesito el mejor coche, sólo un coche competitivo para ganar el Mundial", dijo Alonso en Japón. Pues que Ferrari lo construya... -Manuel Franco


Pues nada, 2012, en teoría con un túnel del viento perfectamente calibrado y listo para hacer un coche campeón y… hace dos días nos encontramos con que el diario italiano Il Corriere dello Sport publica que, en resumidas cuentas, Ferrari tienen un problema de calibración en su túnel del viento, en concreto en las balanzas sobre las que apoyan cada rueda, a alta carga aerodinámica, lo que produciría que los datos extraídos a bajas velocidades sean correctos, pero a altas no lo son.


Llegados a este punto tenemos que, o bien Pepe Gotera y Otilio han reformado y calibrado el túnel del viento, o que el problema de Ferrari va más allá.

Parece que el fichaje del aerodinamista Ben Agathangelou, que se encargará de integrar los datos del túnel de viento en el CFD y la simulación que obtengan en los modelos a escala apunta en esta segunda dirección. Pues sí, señores, el problema de Ferrari es la comprensión, ni comprenden su coche y desde luego no comprenden el rendimiento de los nuevos neumáticos Pirelli de este año, algo clave si desea lograr resultados acordes al prestigio de la marca.


En resumen, el problema del equipo ha sido una dejadez en el terreno de las nuevas tecnologías para seguir inmiscuidos en el pragmatismo de rodar con el coche en la pista mientras los test estaban permitidos, mientras el resto de equipos, entiéndase especialmente, Mclaren y Red Bull hacían su trabajo con el CFD y túnel del viento. Con la llegada de 2009 y la prohibición de los test la Scudería se vió en una calle sin salida y hubo de ponerse manos a la obra, pero claro, la dejadez se paga y ahora se han encontrado con un retraso considerable en el uso y comprensión de estos sistemas.
De hecho, el propio Pat Fry ha reconocido que el problema se encuentra en la forma de trabajar que tiene el equipo, en el proceso de diseño, comprobación y elaboración de datos, etc; y evidentemente todo esto lleva tiempo y en mundo tan complejo como este, tiempo, no es igual a un día para otro.

Conclusión, ojalá me equivoque, no esperemos ver un Ferrari haciendo maravillas próximamente, si acaso esperemos que Fernando las haga y disimule las carencias del coche.
 
                                                                                                                                                                           Sergio.

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