Juraría que no es la primera vez
que escribo en este pequeño rincón sobre mi desencanto con la Fórmula 1 actual,
pero después del inicio de la campaña 2013 no tengo más remedio que volverlo a
hacer.
Es obvio que casi cualquier aficionado
a la F1, estará disfrutando de estos últimos años de competición, donde, aunque
al fin de cada temporada el resultado ha sido el mismo, exceptuando el año 2011
hemos disfrutando de alternancia en las carreras y múltiples ganadores, para
muestra un botón y los siete ganadores diferentes en las siete primeras pruebas
de la pasada temporada.
Pues bien, algo de lo que está pasando en este circo en
los últimos años no debe ir conmigo…
Si no recuerdo mal ya me
manifesté en contra del DRS y su nocivo efecto edulcorante, sí, favorece los
adelantamientos y el espectáculo, pero como siempre he dicho, si quiero ver
adelantamientos me voy a ver turismos, para mí la F1 no es eso. El KERS,
tampoco me gusta, pero bueno, es medianamente aceptable. Pero el verdadero
motivo de este artículo no es otro que los neumáticos.
Si el año pasado hubo tanta
alternancia en las primeras pruebas del mundial, no nos engañemos, fue
gracias/por culpa, de los Pirelli y su capacidad para hacerse incomprensibles
para los ingenieros de todas las escuderías. Su rendimiento y ritmo de
degradación era una incógnita, así que hasta que el suministrador único de
neumáticos tuvo a bien modificar los compuesto, por orden de la FIA, endurecerlos
y hacerlos comprensibles, aquello fue una locura. “Casualidad” , cuando esto
ocurrió RedBull pasó a dominar el campeonato con mano de hierro, por algo
tenían el coche más rápido. Afortunadamente para nosotros Fernando Alonso
demostró con creces ser el mejor piloto de la parrilla y nos ofreció uno de los
mejores mundiales que a título individual se recuerdan.
Bueno, pues después de la primera
carrera se ha vuelto a dejar constancia de que, ni la F1 es un campeonato de
pilotos, ni ahora ya, ni tan siquiera lo es de ingenieros, es una especie de
mezcolanza entre rapidez y capacidad de gestión de neumáticos, o hablando
claro, de “saber conservar ruedas”. Y señores, para mí, la F1 no es eso. Para
mí este deporte se caracteriza por exprimir las mecánicas al máximo, por ir al
límite en cada curva y no en estar preocupándose hora y media de carrera en si
los neumáticos se degradan y deciden ellos mismos dejar de funcionar, para mí
eso no es F1, si uno quiere conservar que se vaya a resistencia.
Además, y qué va a pasar si los equipos empiezan a
quejarse de los neumáticos y se decide modificar compuestos para endurecerlos,
la FIA volverá a cambiar las normas del juego a mitad de temporada, vaya que
sorpresa.
Lo dicho señores y señoras, llámenme
romántico o loco soñador si lo prefieren, pero para mí esto, sigue sin ser F1,
la F1 murió hace ya algunos años y ahora esto no es más que un espectáculo edulcorado
y manipulado.
PD: Ante las críticas y opiniones
variadas, y muchas de ellos desacertadas, empezando por la del señor Lobato que
sigo sin saber que pinta aquí, sobre la suspensión de la clasificación del
sábado vuelvo a enlazar el artículo donde ya expliqué el por qué de este tipo
de situaciones:
Sergio.
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