lunes, 18 de marzo de 2013

Romántico o viejo cascarrabias...

Juraría que no es la primera vez que escribo en este pequeño rincón sobre mi desencanto con la Fórmula 1 actual, pero después del inicio de la campaña 2013 no tengo más remedio que volverlo a hacer.

Es obvio que casi cualquier aficionado a la F1, estará disfrutando de estos últimos años de competición, donde, aunque al fin de cada temporada el resultado ha sido el mismo, exceptuando el año 2011 hemos disfrutando de alternancia en las carreras y múltiples ganadores, para muestra un botón y los siete ganadores diferentes en las siete primeras pruebas de la pasada temporada.

Pues bien,  algo de lo que está pasando en este circo en los últimos años no debe ir conmigo…


 Si no recuerdo mal ya me manifesté en contra del DRS y su nocivo efecto edulcorante, sí, favorece los adelantamientos y el espectáculo, pero como siempre he dicho, si quiero ver adelantamientos me voy a ver turismos, para mí la F1 no es eso. El KERS, tampoco me gusta, pero bueno, es medianamente aceptable. Pero el verdadero motivo de este artículo no es otro que los neumáticos.

Si el año pasado hubo tanta alternancia en las primeras pruebas del mundial, no nos engañemos, fue gracias/por culpa, de los Pirelli y su capacidad para hacerse incomprensibles para los ingenieros de todas las escuderías. Su rendimiento y ritmo de degradación era una incógnita, así que hasta que el suministrador único de neumáticos tuvo a bien modificar los compuesto, por orden de la FIA, endurecerlos y hacerlos comprensibles, aquello fue una locura. “Casualidad” , cuando esto ocurrió RedBull pasó a dominar el campeonato con mano de hierro, por algo tenían el coche más rápido. Afortunadamente para nosotros Fernando Alonso demostró con creces ser el mejor piloto de la parrilla y nos ofreció uno de los mejores mundiales que a título individual se recuerdan.



Bueno, pues después de la primera carrera se ha vuelto a dejar constancia de que, ni la F1 es un campeonato de pilotos, ni ahora ya, ni tan siquiera lo es de ingenieros, es una especie de mezcolanza entre rapidez y capacidad de gestión de neumáticos, o hablando claro, de “saber conservar ruedas”. Y señores, para mí, la F1 no es eso. Para mí este deporte se caracteriza por exprimir las mecánicas al máximo, por ir al límite en cada curva y no en estar preocupándose hora y media de carrera en si los neumáticos se degradan y deciden ellos mismos dejar de funcionar, para mí eso no es F1, si uno quiere conservar que se vaya a resistencia.

Además,  y qué va a pasar si los equipos empiezan a quejarse de los neumáticos y se decide modificar compuestos para endurecerlos, la FIA volverá a cambiar las normas del juego a mitad de temporada, vaya que sorpresa.

Lo dicho señores y señoras, llámenme romántico o loco soñador si lo prefieren, pero para mí esto, sigue sin ser F1, la F1 murió hace ya algunos años y ahora esto no es más que un espectáculo edulcorado y manipulado.


PD: Ante las críticas y opiniones variadas, y muchas de ellos desacertadas, empezando por la del señor Lobato que sigo sin saber que pinta aquí, sobre la suspensión de la clasificación del sábado vuelvo a enlazar el artículo donde ya expliqué el por qué de este tipo de situaciones:

Sergio.

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