martes, 27 de marzo de 2012

Un salto... confiemos que al frente.

Sería sencillo realizar hoy un artículo ensalzando la fantástica labor llevada a cabo por Fernando Alonso al lograr la victoria en el GP de Malasia de este pasado fin de semana, pero no es la intención de este artículo, pues basta leer cualquier periódico de hoy para darnos cuenta de la genialidad llevada a cabo por el piloto asturiano. No obstante, no es más que una de tantas que ha realizado en estas últimas temporadas, si bien, ayer, la misma se vió aderezada de unas dosis de fortuna que últimamente rehuían al piloto de Ferrari.


También sería plausible, e incluso lógico, criticar el pobre rendimiento del monoplaza de la marca italiana, pues la bala roja, no es tal, y o mucho cambian las cosas, o pese a los aires de euforia que se pueden respirar hoy, carreras como las de ayer se dan “de uvas a peras”, o incluso, realizar aquí una reflexión de qué sigue haciendo Massa subido a un Ferrari, pero como habrán deducido, tampoco es el sentido de este escrito.

La intención del mismo, es dar un aplauso. Un aplauso a la marca italiana, porque por fin después de muchas temporadas instalados en la mediocridad y en el conformismo, conservadurismo, acéptese ambas o la que se quiera, la venida de nuevos ingenieros a la marca del cavallino, encabezada por Pat Fry, ha derivado en un paso al frente, desmarcándose de una tendencia evolucionista hacia una completa revolución conceptual en cuanto al monoplaza que representa a la marca. 


Después del desastre del año pasado, y del, no nos engañemos, mediocre coche que realizaron en 2010, cuyo único velo o si se quiere, intención de ser veloz, se daba por las geniales cualidades del piloto asturiano, sumadas a las inestimables ayudas de los chicos de Red Bull y Mclaren, empeñados en no ganar aquel título, y a poco lo consiguen, este año han planteado una revolución. Se han lanzado a tumba abierta, sabiendo que, en un mundo como este, por mucho optimismo, ilusión, tesón, esfuerzo y dinero, que se disponga, esto no iba a dar resultados desde el inicio, y nadie ni nada les asegura que los den en el futuro, y que ante las exigencias que a un equipo como este se le marcan, pues, no nos engañemos, indudablemente su historia así lo hace necesario, se adentraron en la misión de partir de cero y explorar todos y cada uno de los rincones del arduo sendero que este F2012 les iba a ir descubriendo.

A modo esquemático, recordemos que, toda la parte trasera del vehículo parte de un concepto totalmente nuevo, pues, por fin la Scuderia ha decidido apuntarse a la moda de la suspensión trasera pull- rod, eliminando espacio en la parte trasera del monoplaza, a la vez que han podido bajar el centro de gravedad del monoplaza al situar los componentes de la suspensión a un nivel mucho más cercano al asfalto. Además, los amortiguadores y las barras de torsión adelantan su posición, permitiendo centrar pesos que antes se encontraban excesivamente atrás. Además han adoptado una nueva caja de cambios de carbono que ha permitido reducir el tamaño de la misma, pero desde luego la principal sorpresa y la apuesta clave del equipo ha sido adoptar ese mismo sistema pull-rod en la suspensión delantera, de la misma forma que hizo el Minardi PS01 con el que debutó Alonso en la Fórmula 1, desmarcándose así de todos los vehículos que conforman la actual parrilla.


Esto último es algo extremadamente complejo, que incluso ha llegado a cambiar la sensación de los pilotos para con el volante, debiendo el equipo instalar una nueva servodirección, lo que permite situar todo el peso de la suspensión de un morro muy alto, lo más bajo posible de este.
Tal y como dijeron los ingenieros del equipo:

El propio Nick Tombazis, jefe aerodinámico de Ferrari, explica el por qué de esta solución: "El verdadero fin principal de este tipo de suspensión es la ventaja aerodinámica, la búsqueda de la carga aerodinámica".
  
Pat Fry, responsable de la nueva F2012 admite que: "Hay un poco de más peso, pero es un peso colocado mucho más bajo, con lo que ha sido la mejor solución".

Pues bien, hasta el momento, el resultado no está siendo satisfactorio, pues el vehículo no está dando las prestaciones esperadas, pues alarmantes son su falta de velocidad punta y su escasa tracción a la salida de las curvas. 


Y ¿por qué, pese a esto he iniciado el artículo implorando un aplauso para el equipo italiano? Porque han salido a ganar, no se si lo lograran, pero este año no buscan las tablas, buscan salir victoriosos de la batalla, y hay una cosa clara, la evolución, a medida que vayan comprendiendo a esta novísima e inexplorada criatura tiene cotas ilimitadas por el momento, al contrario que sus anteriores proyectos, cuyo límite se podía palpar desde un principio.

Así pues, este año solo nos queda rezar porque encuentren rápido la senda adecuada para que el proyecto llegue a buen puerto, no obstante, aunque no lo logren, por mi parte seguirán mereciendo ese aplauso, pues pese a lo arriesgado del camino, era el adecuado, a ellos les toda ofrecerme el motivo para el aplauso, ya sea por el simple atrevimiento o bien por el trabajo bien hecho, confiemos y esperemos que sea por lo segundo.


Sergio.

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