jueves, 27 de septiembre de 2012

Paseando entre viñedos.



Novena cita del WRC, y séptima victoria para Loeb en este 2012, esta vez en su superficie favorita, el asfalto. El galo se paseo a bordo de su DS3 para anotarse su novena victoria en tierras germanas, en la décima edición de la prueba y dejar de esta forma el mundial visto para sentencia, salvo milagro.  De esta forma vuelve a dar un recital sobre asfalto demostrando que nadie puede hacerle sombra a día de hoy en la categoría.


El piloto del dorsal número 1 ya desde el shakedown demostró que venía a Alemania a dejar las cosas claras desde el principio y a redimirse de la anterior edición donde un pinchazo le arrebató la victoria.
La primera jornada de la prueba nos presentaba el suelo mojada y barro en algunas curvas a causa de las lluvias acontecidas la noche anterior.  La mayoría optaron por compuestos duros, pero  el piloto de Ford Latvala optó por una elección de neumáticos algo arriesgada, y si bien en los primeros tramos sus compuestos aguantaron, estos se vinieron abajo, dada la monta de dos neumáticos del compuesto más blando para el finés, que de esta forma veía como su compañero y Loeb se escapaban al frente. 

Por su parte, Novikok, "el ruso destructor" no pasaba de los primeros tramos tras tener que abandonar por uan colisión. Decir que su copiloto habitual Giraudet fue reemplazado en esta prueba por Nicolas Klinger, ya que se fracturó una vertebra en el rallye de Finlandia a causa de un accidente.

 

Así pues, desde los primeros compases se vislumbró que no iba a haber lucha por la primera posición y que la “salsa” de la prueba se centraría en los pilotos del equipo oficial de Ford, para ver quién de los dos lograba salir victorioso en una lucha fratricida para decidir el orden de los escoltas de Loeb en el podio.

Destacar, en lo negativo, a Martin Prokop, quien de forma desesperaba comprobó como su Fiesta RS WRC era pasto de las llamas al final de la tercera especial obligándole a decir adiós a la prueba.



La segunda parte del día continuaba la rutina de la mañana y de los seis tramos, cinco fueron para Loeb que seguía distanciándose de los Ford hasta marcharse a más de veinte segundos para con Solberg y a 29 de Latvala. Por su parte, su compañero en Citroën era incapaz de pasar de la sexta posición y contemplaba como Neuville y Sordo le superaban.

El Sábado recibía a los pilotos con la amenaza de la lluvia que no tardó en hacer acto de aparición,  y de justicia es decir que beneficiando al ocho veces campeón del mundo, Loeb, que abría pista y que se encontró alguna gotas de lluvia en el recorrido, pero lo que sus rivales se encontraron después distó bastante de ser  “cuatro gotas”. De esta forma todos fueron cediendo una ingente cantidad de segundos con el piloto francés.



El alsaciano declaraba: “Hemos tenido mucha agua en el tramo, pero a mí me ha afectado menos que a los demás. Fue muy, muy difícil. Tenemos neumáticos duros, así que fue complicado mantener el coche en la pista. Si lo hubiéramos esperado, sin duda llevaríamos neumáticos blandos en el coche.”
Después de una corta especial llegaba el plato fuerte de la prueba, el Panzeplatte, y en su primera pasada demostró el por qué de su dureza, y es que los 46.54 kilómetros fueron una odisea  para los pilotos.

Sordo fue el primero en caer, teniéndose  que detener  en mitad del tramo a cambiar los neumáticos, cediendo más de dos minutos y medio. 


Peor  fue lo de Solberg y Neuville. El noruego rompía una rueda tras golpear una piedra y tenía que deterse, hasta el punto de abandonar la prueba. Por su parte, el belga, Neuville sufría una salida de pista que le obligaba a retirarse por los daños ocasionados en su vehículo tras pasar a fondo una ligera curva no tenía en sus notas el pequeño salto que había en la misma y perdió el control de su máquina.




 En los dos siguientes tramos la tranquilidad volvía al Rallye, pero con la segunda pasaba al Panzerplatte esta acababa de un plumazo.

Sordo, abandonaba tras sufrir una colisión y perforar el radiador, Tänak, tras marcar dos scratch consecutivos en los tramos anteriores colisionaba con un hilkelstein, es decir, una de las piedras típicas de estos tramos que se colocaron antaño en las pistas donde se probaban los tanques alemanes, y arrancaba una rueda. Por su parte Van Merkstein Jr. también sufría la vileza del tramo y volcaba su DS3, cortando el paso de los pilotos que le precedían.



Así pues tras dos etapas, Loeb era primero, seguido de Latvala, Hirvonen y Otsberg, que con un ritmo no muy alto, pero con constancia y sin errores lograba esa cuarta plaza.

La mañana del última día comenzaba con un susto para Latvala que veía como en una veloz recta el capó de su Fiesta decidía mirar más allá y se levantaba, si bien, apenas perdió unos diez segundos.
Poco más a comentar de este último día, únicamente, que la Power Stage, fue sorprendentemente ganada por Loeb, quien a pesar de sus problemas con el turbo logró llevarse los tres puntos extra. Segundo fue Hirvonen y tercero un sorprendente Mikkelsen.



Por tanto la prueba finalizaba con Loeb , Latvala e Hirvonen copando el podio, mientras que Ostberg era cuarto. Por su parte Sordo tras el pinchazo y el accidente del sábado se tuvo que conformar con una decepcionante décima posición. 



Un paso más para el piloto de la marca gala que acaricia su noveno título mundial consecutivo.

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