Tras ojear algunas de las webs que se dedican al mundo de la competición he encontrado cierta noticia, ya conocida, a partir de la cual me gustaría realizar ciertas reflexiones:
El acuerdo entre los presidentes de la Generalitat catalana y
valenciana, Artur Mas y Albert Fabra, respectivamente, es total para que
el Circuit de Catalunya y el Valencia Street Circuit se alternen en el
calendario. Sólo falta que Bernie Ecclestone dé su visto bueno y firme el pertinente documento para que sea oficial.
La Fórmula 1 visitaría el trazado catalán los años impares,
empezando en 2013, y recalaría en el circuito valenciano los pares,
comenzando en 2014. El contrato se extendería hasta 2019, garantizando siete años más la presencia del gran circo en España. Este 2012 será el último en el que ambos estarán presentes simultáneamente en el calendario.
El contrato del Circuit de Catalunya abarcaba hasta 2016, mientras
el de Valencia llegaba hasta 2014. Con la nueva propuesta, el trazado
catalán espaciaría su contrato, mientras el valenciano lo alargaría un
año más. El anuncio se hará cuando Bernie Ecclestone dé luz verde,
aunque es de suponer que no pondrá pegas al haber sido uno de sus
valedores, como lo fue con Nürburgring y Hockenheim en su día.
Las negociaciones, que se iniciaron hace unos meses, parece que finalmente llegarán a buen puerto y todas las partes podrán darse por satisfechas. La organización de un gran premio de Fórmula 1 es una pesada losa en términos económicos, más aún con la situación actual en el país.
Desde luego, dada mi afición por este bello deporte fui uno de tantos que se congratuló con la llegada del gran circo a mi ciudad, lo cual, sin embargo no dejaba de sorprenderme puesto que era, cuanto menos extraño, que Bernie Eclesstone aceptará que un mismo país albergara dos pruebas, especialmente tras lanzar del calendario mundialista citas como la de Magny Cours o la del GP de Imola.
Estaba claro, por otra parte, que el circuito de Cheste no podría albergar la prueba, pues el espectáculo sería lamentable y por ende, el gran patrón de la Fórmula 1 puso como condición que construyeramos un circuito urbano, que como no, se encargaría de diseñor su gurú particular, Tilke.
Pues bien, 2008, 2009, 2010 y 2011, ya hemos podido ver durante las últimas cuatro temporadas el resultado del invento y :
1º- Que un país como el nuestro tenga dos pruebas del mundial de la Fórmula 1 , es insostenible económicamente como ya se ha demostrado, puesto que mientras que las nuevas potencias emergentes financian sus GPs con inversión privada en gran parte, en nuestro país la gran cuantía del porcentaje recae sore el erario público, y dados los tiempos que corren es insultante para el ciudadano. Un gran negocio para Bernie desde luego, que se encarga de atar los contratos y blindarlos de forma exquisita.
2º- En este país la cultura por los deportes del motor no se extiende más allá de las dos ruedas, y es ridículo que tengamos dos pruebas, además tan seguidas en el calendario. Aún recurdo con cierta extrañeza y enfado cuando en el 2008 tras el abandono de Fernando Alonso en la primera vuelta, la riada de gente, que a cientos marchaban de las gradas. Señores, en este país la Fórmula 1 no es más que una moda que se extendió a un par de años en los que fuimos campeones del mundo.
3º- Si el circuito de Barcelona ya es insoportable para organizar un GP, el de nuestra ciudad no se queda atrás. Una especie de scalextric entre muros sin alma ni corazón ni nada por lo que vaya a ser recordado, que nos ha permitido añorar más si cabe circuitos como Imola.
Así que lo dicho, cumplanos el contrato y recordemos esta historia como algo que pasó, y si de verdad algún día queremos tener un GP en Valencia hagamos un circuito de verdad e intentemos llenar las gradas de algo más que de gorras de Renault de hace 5 años.
Sergio.
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